Esta semana el realizamos nuestro primer Monitoreo Participativo de Fauna en la temporada de invierno. Fueron 22 cámaras trampa que instalamos en el Valle Cochamó junto a la Organización del Valle Cochamó y el Club Andino de Cochamó, un trabajo colaborativo que se lleva haciendo desde diciembre del 2023. En el área de estudio consideramos la Hacienda Puchegüín, los senderos del Santuario de la Naturaleza, y del sector del Arcoirís, El Traidor y La Paloma. Esto con el objetivo de darle continuidad al monitoreo de especies que realizamos en el verano – en el que logramos registrar 31 especies -, pero esta vez enfocado en monitorear el comportamiento de la fauna nativa durante la temporada en que no hay visitantes.
Fernando Novoa, Médico Veterinario y especialista a cargo de esta investigación, recalcó que este estudio busca “conocer mejor a las especies en las distintas temporadas para tener información que nos ayude a protegerlas”.
Cabe recordar que parte de las 31 especies de fauna que se lograron monitorear en el Valle de Cochamó durante la temporada de verano fueron la Güiña, Puma, Carpintero negro y Zorro culpeo, entre otros. Estos registros son parte de las 24 cámaras trampa que instalaron en diciembre del 2023 y retiraron a fines de marzo de 2024 los miembros de estas tres organizaciones locales y que distribuyeron en distintos puntos estratégicos del valle con especial énfasis en encontrar a la Vizcacha de la Patagonia (Lagidium wolffsoni): un roedor del que se tienen pocos registros e información en Chile.
Dentro de los hallazgos del monitoreo que más llamaron la atención fue el de este roedor, la Guiña (Leopardus guigna) y del Monito del Monte (Dromiciops gliroides), ya que los tres se encuentran en peligro de conservación, según la UICN. Estas tres especies son endémicas de los bosques templados andinos de la zona sur de Chile y Argentina.
Su monitoreo, asegura Fernando Novoa, médico veterinario especialista en fauna silvestre y experto a cargo de la investigación de este monitoreo participativo, es crucial para protegerlas, ya que “se trata de tres mamíferos que sólo podemos encontrar en esta parte del mundo, lo que los hace únicos pero a la vez vulnerables a cualquier cambio en su hábitat”.
Según Novoa, la presencia de estas tres especies es relevante ya que son indicadores del bienestar de su hábitat, y cada uno cumple un rol ecológico en la cadena alimenticia y en el ambiente: “Por ejemplo, en el caso de la Guiña, se trata de una especie especialista de bosques. Eso quiere decir que el bosque que está ahí es saludable porque genera alimento para que la Guiña pueda vivir y también pueda desplazarse de manera libre. Lo mismo ocurre con el Monito del Monte, cuya principal amenaza históricamente ha sido la pérdida y degradación de su hábitat”, dice.
Los hallazgos de estas tres especies también son relevantes ya que sus registros fueron captados por las cámaras instaladas en los pies del Cerro Trinidad y en uno de los senderos del Cerro Anfiteatro, dos zonas del valle que pertenecen a la Hacienda Puchegüín, un territorio privado de 133 mil hectáreas (correspondientes al 30% de la comuna de Cochamó) que tiene un alto valor ecológico y cultural, y que desde hace algunas semanas ha hecho noticia en Chile y el mundo.
Esto luego de que cinco organizaciones –entre ellas Puelo Patagonia– lanzaran Conserva Puchegüín, iniciativa que a través de donaciones nacionales e internacionales busca comprar este predio que está a la venta desde 2022, con el fin de proteger su biodiversidad y tradiciones, e implementar un proyecto de conservación y desarrollo local.
Según cuentan desde la iniciativa, este lugar por años se ha visto amenazado ante industrias de alto impacto, por lo que los recientes registros reafirman aún más su protección: “Puchegüín es una pieza clave en un paisaje continuo de alrededor de 1.630.000 hectáreas de áreas protegidas entre Chile y Argentina, por lo que conservar este lugar ayudará a crear uno de los mayores corredores biológicos de América Latina que será crucial para la protección de estas y otras especies”, dice Andrés Diez, director de Puelo Patagonia y vocero principal de la campaña.
Para esto, tanto la metodología de monitoreo participativo como la conservación del predio son vitales, asegura Novoa: “Los miembros de la comunidad local desempeñan un papel crucial en la instalación y el mantenimiento de un sistema de monitoreo, y su conocimiento del terreno y la fauna es fundamental para lograr registrar, monitorear y proteger con éxito a estas especies”.
En esto coincide Patricia Almonacid, integrante de la Organización del Valle de Cochamó y el Club Andino, dos organizaciones que forman parte de este programa colaborativo. Para ella, la forma más efectiva para conservar la fauna que habita en su comuna es a través del conocimiento: “Al conocer la riqueza y biodiversidad del valle y qué especies existen aquí, podemos saber cómo protegerlas de mejor manera».
Por lo mismo, el director de Puelo Patagonia recalca que Conserva Puchegüín considera no sólo la adquisición del predio, sino también desarrollar un programa de conservación a 7 años que incluye la ejecución de este tipo de programas: “El hallazgo de estas tres especies nos confirman que este lugar continúa teniendo condiciones óptimas para la vida salvaje, y a su vez nos plantea que los esfuerzos de conservación y cuidado del lugar se tienen que mantener”.